COSER. LA FÁBRICA TEJE ESPERANZA
El cuerpo fabrica la mente en el nido de las neuronas. Va tejiendo el sustento material del deseo, del yo, del dolor y del alivio. Esta red no es ni más ni menos que la expresión de su trato con los objetos. El olor y la luz de la madre, el dolor de las vísceras, el frío y la ternura de la piel, el movimiento de los músculos, la insaciable curiosidad de los ojos. Es una fábrica cuyos textiles se urden día y noche de acuerdo a las circunstancias. De día el deseo se sienta a coser con la esperanza de obtener alivio y placer, de noche continúa con la misma esperanza aunque solo alcance su realización en el escenario de los sueños.
El artista tiene un pié en el día y un pié en la noche. El espectador solo en el día. Después verá aunque no lo sepa. En el día el deseo tiene la compulsión de tejer un relato que lo alivie. Cada espectador tiene su propia compulsión a ordenar las imágenes buscando su propio alivio. A continuación la mía.
En primer lugar está la simultaneidad de la imagen con la anatomía geométrica que la compone. Es pulcra, está a punto de ponerse en movimiento, como un engranaje a punto de salir de su inercia.

¿Quién es el que trabaja? Es una imagen o cualquiera, hombre o mujer, es anónimo, es la máquina misma y el trabajar mismo que todo lo compone en esta fábrica.
En definitiva es el engranaje el que cose, el que construye la textura, sean metales, maderas o la luz, el engranaje se llama a sí mismo el tablero de control.
En esta textura se hace notoria la espera, como una silla sobre una mesa. La silla ha sido abandonada como un tema pendiente sobre el escritorio. Todo pareciera estar perdido. Sin embargo está la esperanza, hay una máquina de coser.
Es esperanzador que se puedan, entonces, generar texturas nuevas y objetos para vestir a otros. Es el engranaje de la esperanza. La reencarnación del objeto en la memoria gracias al taller de costura de los pensamientos.
La fábrica funciona, su oficio es patente en cada una de estas imágenes. Cada puntada nos termina convenciendo, coser es esperanzador. La puerta está abierta.
Leon Cohen
Psiquiatra Psicoanalista
Asociación Psicoanalítica Chile.